Jardineros Profesionales
Guía para hacer esquejes

Un esqueje es una parte viva (normalmente un tallo) que se ha extraído de una planta con el objetivo de injertarla en otra o en un recipiente para que se desarrolle. La multiplicación por esquejes consiste en realizar un corte limpio de esas pequeñas partes con el fin de que se reproduzcan.
Una vez que ya has realizado el corte y el pequeño trozo ya está separado de la planta, hay que introducirlo en un recipiente con agua para que desarrolle las raíces (o en un tarro que contenga tierra y arena). A continuación, y tras aparecer las raíces, se trasplanta al lugar definitivo.
Hay algunas especies de plantas que son ideales para hacer esquejes, tales como el geranio, lavanda, amapola, rosa, clavel o crisantemo. Aunque también podemos crear esquejes de plantas de porte arbóreo, como por ejemplo los sauces, abedules o el brezo.
Si el tipo de planta es de interior, la creación del esqueje será distinta al proceso que usaremos en plantas exteriores.
Esquejes en plantas de interior
Las plantas ubicadas en el interior pueden reproducirse con 3 tipos de esquejes:
- Esquejes de tallo: crearemos el esqueje cortando el tallo por debajo de un nudo
- Esquejes de hoja: en este caso, el esqueje será una simple hoja (que obligatoriamente debe tener pecíolo) que se cultivará en el sustrato.
- Esquejes de raíz: muy utilizada en tubérculos.
Esquejes en plantas de exterior
- Esquejes herbáceos: la reproducción de la planta se realiza seccionando sus tallos y aprovechando sus brotes tiernos.
- Esquejes semileñosos: es el que se lleva a cabo tras cortar ramas más gruesas que las anteriores.
- Esquejes leñosos: esqueje denominado “estaca”, pues son ramas de al menos un año de vida, más gruesas y de una longitud de aproximadamente 20-30 cm.
¿Cuándo hacer esquejes?
Lo ideal es hacer los esquejes en primavera u otoño, ya que requieren una temperatura específica y cierta humedad para crecer con éxito.
¿Cómo hacer esquejes?
- Selecciona y corta la planta: Cortes el trozo que cortes debes hacerlo con delicadeza y sin causar daños ni a la planta ni a esa parte. Lo más recomendable es elegir los tallos más saludables y flexibles.
A la hora de realizar el corte debes saber: el corte de la base del gajo debe ser en dirección horizontal y el de la punta en diagonal. Por regla general, el tamaño del esqueje no debe superar los 20 centímetros aproximadamente, pero esta longitud puede variar según la especie que sea.
Para arbustos y plantas pequeñas lo normal es cortar entre los 5 y 10 centímetros. Sin embargo, para especies de mayor tamaño, se puede usar una medida superior. Es posible que tengas que volver a usar el método de prueba y error.
A la hora de llevar a cabo este proceso de jardinería, debes emplear unas tijeras de poda puntiagudas (podaderas). Además, debes cubrirte las manos con unos guantes para evitar cualquier posible problema que pueda surgir en ese momento.
- Tratar los esquejes y retirar las hojas inferiores: Debes asegurarte de remover las brácteas inferiores del gajo y sacar los botones florales, pues éstos absorberán los nutrientes que la planta necesita para desarrollar las raíces. Y es algo que no queremos. Para que las raíces crezcan y se desarrollen de la mejor manera, es necesario aplicar una disolución de agua y fertilizante líquido.
- Preparar el recipiente de enraizamiento: El esqueje, para que desarrolle las raíces, se puede colocar en un medio con un sustrato compuesto por tierra, con arena o con simplemente agua. Algunas plantas se desarrollan mejor en agua, por lo que un recipiente con este líquido es lo más recomendable.
Además, es aconsejable mezclar el agua con un fertilizante muy diluido y no exponer el esqueje a la luz directa. Es muy importante que tengas en cuanta la luz, pues estos trozos cortados debes estar en áreas de sombra o semisombra.
Sin embargo, si apuestas por la tierra o la arena, debes preparar una “cama” de jardín húmeda, rica en materia orgánica y dejar espacio entre gajo y gajo.
Al mismo tiempo es aconsejable impregnar el esqueje con un enraizante (o hormonas de enraizamiento) antes de introducirlo en el recipiente. Esta sustancia se encarga de estimular el crecimiento radicular del esqueje, así el enraizamiento podrá ser todo un éxito.
- Regar: Si has decidido enraizar los esquejes en un recipiente de tierra, debes mantenerlos húmedos (sin encharcados). Por ello, riega frecuentemente mediante pulverizaciones y trata de procurar una temperatura suave.
Cabe la posibilidad de que en los primeros días observes marchitamiento, pero no te preocupes, es totalmente normal.
Cúbrelos ligeramente por la parte superior con una bolsa de plástico suelta para mantener esa humedad que necesitan las plantas mientras se están formando.
- Trasplantar: Una vez que los esquejes han enraizado correctamente, es el momento de realizar su cultivo en la maceta definitiva o, dicho de otro modo, trasplantarlos a la ubicación deseada. Para ello debes retirar los gajos, con sumo cuidado, y plantar cada uno de ellos a una profundidad de aproximadamente las tres cuartas partes de su longitud total.
Antes de trasplantar, comprueba que hay raíces.
Para llevar a cabo esta comprobación, da un tirón muy suave (esto es sumamente importante). Si sientes que se resiste, es decir, que le cuesta salir de la tierra, significará que la raíz está creciendo.
En caso de que hayas decidido enraizar el esqueje en un recipiente de tierra y si éste es el elegido para decorar tu jardín o tu casa, el trasplante a otra maceta será innecesario. Aquí tus preferencias son las que importan.
El sustrato que debes emplear dependerá de la especie que hayas usado en el proceso. Por ello, te recomendamos que, ante la duda, acudas a un centro especializado.
Fuente: https://www.todohusqvarna.com