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Cuidados de la planta de lavanda

La lavanda es un tipo de arbusto que se reconoce rápidamente por su característico color púrpura y violáceo, así como por su olor tan característico. Se trata de un tipo de planta formada por más de sesenta especies diferentes y, aunque el color púrpura es el más común y extendido de todos, también se pueden encontrar variedades con tonos blancos, azules y rosas.
Características generales de la lavanda
A grandes rasgos, las características principales de la lavanda van a ser los de un arbusto de clima mediterráneo. Lo que significa que tiene las siguientes características:
Va a necesitar recibir sol directo por lo menos durante seis horas al día.
Respecto al tipo de suelo que va a necesitar se trata de un sustrato básicamente alcalino (lo que implica que la tierra tenga un pH alto).
Así mismo, la lavanda es una planta que no tolera bien los suelos excesivamente húmedos, lo que significa que necesitará un buen drenaje para que la tierra no seiva encharque.
De hecho, en el caso de que el agua se acumule en exceso y durante bastante tiempo, se correrá el riesgo de que las raíces enfermen o, incluso, lleguen a pudrirse. Por ello, a la hora de regarla, lo mejor es esperar a que la tierra esté seca y asegurándose de que cuenta con un buen drenaje que impida que el agua sobrante quede retenida.
Qué tipo de maceta necesita la lavanda
La lavanda es una planta que puede crecer perfectamente en maceta y, de hecho, se trata de una práctica muy común que permite disfrutar de esta planta aromática sin necesidad de tener que contar con un jardín o un terreno de cultivo. Sin embargo, sí que será importante que la maceta en cuestión sea grande. Esto se debe a que, como está acostumbrada a crecer en suelo, va a necesitar espacio suficiente para expandir las raíces. En este sentido, una maceta de unos 30 ó 40 centímetros de diámetro debería bastar. En el caso de que la maceta sea más pequeña, por lo general, la planta no se desarrollará correctamente o, por lo menos, no de la forma tan vistosa y colorida a la que nos tiene acostumbrados.
Por otra parte, el tipo de maceta que más se recomienda para plantar lavanda son las de cerámica o terracota sin pintar ni esmaltar. Esto se debe a que, al ser porosa, permite que el agua sobrante se evapore con mayor facilidad, lo que beneficiará su crecimiento y la salud de las raíces. Así mismo, otro aspecto fundamental será que cuente con un drenaje adecuado, para lo cual es imprescindible que la maceta tenga agujeros en la parte inferior. Además, si se quiere mejorar todavía más el drenaje, lo mejor será colocar un poco de grava en la parte inferior antes de colocar el sustrato y la propia planta.
Cómo cuidar la planta de lavanda en maceta
Como ya se ha especificado, se trata de una planta que no tolera bien el exceso de humedad. Por ello, además de contar con el correspondiente drenaje, es importante espaciar los riegos para que la tierra pueda llegar a secarse entre uno y otro. No es imprescindible que el sustrato se seque por completo, pero sí que se evite la humedad continua del mismo. De este modo, lo correcto será regarla una vez cada dos semanas durante los meses fríos y una vez por semana en los meses más cálidos.
Respecto al abono, se trata de una planta que no lo necesita de forma excesiva y, además, puede reaccionar de forma negativa ante abonos inadecuados. De esta manera, lo más recomendable es evitar abonarla si no hace falta y que, cuando se haga, nos aseguremos de que se trata de un abono con baja concentración de nitrógeno, ya que alteraría el suelo. De hecho, por curioso que parezca, un abono excesivo favorecerá el crecimiento de hojas en detrimento de las flores, lo que hará que nuestra planta pierda aroma y vistosidad.
A la hora de efectuar la poda se deberá hacer de forma limitada y manteniendo la forma correcta del arbusto. Los meses más adecuados para ello son a principios de primavera y en otro. Por otro lado, es importante que, cuando sea necesario, se eliminen las flores marchitas de la planta, ya que su presencia puede afectar al crecimiento de la misma y evitar que la renovación floral se lleve a cabo de forma correcta.
Fuente: https://www.ecologiaverde.com/