Jardineros Profesionales
Cómo hacer compost casero

El compost es un producto obtenido a partir de diferentes materiales de origen orgánico (lodos de depuración, estiércol, fracción orgánica de residuos sólidos, residuos agropecuarios y otros), los cuales son sometidos a un proceso biológico controlado de oxidación denominado compostaje. Posee un aspecto terroso, libre de olores y de patógenos, es empleado como abono de fondo y como sustituto parcial o total de fertilizantes químicos.
Hacer compost casero es una actividad apta para toda la familia, ideal para acercar la naturaleza a los más pequeños de la casa, trasmitir valores de consumo responsable, reciclaje, respeto por el medio ambiente, etc. Además, podremos hacer crecer frutas y verduras con ese sabor de antes que ahora solo mantienen los productos ecológicos de calidad.
Ideas básicas
Necesitaremos un compostador donde hacer crecer nuestro compost casero, un recipiente adecuado en el que ir añadiendo la materia prima que, poco a poco, se convertirá en compost. Podemos adquirir un compostador de 400litros online a muy buen precio en este enlace.
Nuestra mezcla de compost casero va a ir creciendo a partir de diferentes tipos de materias primas tales como cáscaras de huevo, peladuras de frutas y de verduras, pieles de patatas, ramitas, paja fresca, hierba húmeda, posos de café… La clave está en combinar el azúcar, la celulosa y el nitrógeno de los diferentes desechos orgánicos con el fin de preparar ese abono orgánico que, en esencia, es el compost casero.
El riesgo más importante de preparar compost casero es que los desechos se pudran y no consigamos nada más que una masa informe y pestilente. Evitaremos ese riesgo intercalando en capas alternas los desechos húmedos y secos y ventilando periódicamente nuestra masa de compost.
Receta
Los pasos básicos para preparar un compost casero de calidad son tres:
· Preparar el compostador
· Añadir los desechos orgánicos por capas
· Hidratar bien tu fertilizante orgánico.
Paso 1. Preparar el compostador
El compostador es la caja o recipiente en la que iremos añadiendo las distintas capas de desechos que formarán nuestro compost casero.
Se puede utilizar o reciclar casi cualquier cosa: una caja de madera, una base de tablones de obra, un tiesto o jardinera grande que ya no uses… Cualquier recipiente te servirá siempre y cuando no esté en contacto directo con el suelo.
Si utilizas un tiesto o una caja de plástico, realiza unos agujeros en la base y coloca una primera capa de tierra y una segunda de materiales secos como paja, restos de ramas de poda, serrín, etc. Esto evitará que el fondo de tu compostador se pudra y estropee la mezcla.
Paso 2. Añadir los desechos orgánicos
En este contenedor añadiremos por capas diferentes productos o desechos, como peladuras de verduras y frutas, ramitas y hojas secas de los setos o plantas que hayamos podado, posos de café, cáscaras de huevo, etc. Se recomienda que vayamos intercalando capas de diferentes productos húmedos o verdes y secos, así conseguiremos ese equilibrio óptimo que necesita un compost casero de calidad.
Paso 3. Regar el compost casero
Nuestro abono orgánico casero necesita cierto grado de humedad para poder ir formándose ese fertilizante artesanal que enriquecerá nuestros cultivos ecológicos. Así, es necesario que la reguemos de vez en cuando sin encharcar el contenedor, pero procurando que la humedad penetre en las diferentes capas que hemos ido añadiendo a nuestra caja de compost.